VIGOR, de March Mazzei


Vigor



¿Vos también comés casi siempre las mismas comidas?
¿Por qué los médicos piensan que las mujeres no son buenas para la medicina?
¿Y sabés lo que me preguntó?
¿Por qué la gente ordenada se siente superior?
¿Qué van a hacer dentro de un año, chicas, con esos
volados en la ropa?
¿Por qué mis potenciales suegras me adoran?
¿Qué tiene la comida peruana?
¿Por qué la gente de la televisión usa zapatillas caras?
¿Y si bailamos mejor?
Excusez-moi?
¿Cómo pudiste no enamorarte nunca?
¿Qué es no innovar?
¿Por qué la pasta dental sale rayada si está toda junta dentro del pomo?
¿Por qué si te gusto yo salís con mi hermana?
¿Quién pinta en las paredes bicicletas en plateado?
¿Qué será de la vida de todos mis novios?
¿Por qué me descompone leer en el colectivo y no en el subte?
¿Creés que soy buena?
¿Por qué les ponen el nombre de sus hijos a los negocios?
¿Existen o no los genéricos?
¿Creés que me masturbo?
¿Cuál es el trabajo de tus sueños?
¿Es verdad?
¿Estudiaste tu árbol genealógico?
¿Por qué siempre se me pierde uno de los aros?
¿Por qué si sos arquitecto la gente ignorante te llama ingeniero y la gente interesante no te llama?
¿Sos careta?
¿Y si no me devuelve el saludo?
¿Buscando trabajo?
¿Un sábado?
¿Alguna vez corrió riesgo tu subsistencia?
¿Caja de ahorro o cuenta corriente?
¿Por qué los hombres no usan ya el pelo largo? ¿no probaste con una crestita?
¿Quién no sabe pronunciar kitsch?
¿Dónde te gustaría que te bese?
¿Sabías que la Antártida en realidad son dos continentes unidos por un puente de hielo?
¿Puedo volver a hacer la prueba?



Cuando era niña proyectaba ser escritora, sobre todo cuando la señorita Mabel salía corriendo del salón a mostrarle mis poemas sobre mascotas a Cristina, la maestra de mi hermana.
O pintora, cuando gané una medalla en el Concurso. Fui a la plaza con mamá, la tía Marisa y dibujé un circo con payaso y todos los animales afuera de la jaula. Pero el día de los premios yo estaba ofendida porque Mabel me había gritado en clase: “¡Desaparecé!”, me dijo. Fue una pequeña venganza: se sentía culpable. El día ese nos equivocamos de plaza y dibujé todo en un ratito.
Pero más que nada, que iba a ser atractiva. Me veía caminando por la vereda que da el sol a la tarde, en bikini, con tacos y el pelo largo. Y esa mañana escribí en el espejo empañado del baño la palabra vedette, y abajo tetas, cuando tenía siete años.


Terreno amoroso

Recorría el camino de hilos y estacas
y ellos hablaban de ladrillos y arena por metro, y de metros también.
Cuando llegó la maqueta ayudé a pintarle el techo con témpera roja,
porque iba a ser de tejas.
Llegaban temprano a la mañana,
el jefe tenía moto y los ayudantes, bicicletas. Eran prolijos
pero mientras veían explotar mi adolescencia en shorts llevaban zapatillas
robadas en los bolsos.
El día de la losa todos los hombres estaban ahí
esperaban con lampazos en las manos
la estructura de los sueños
brillaba crispado el hormigón.



Lo mismo, siempre lo mismo

I - Todos dicen lo mismo, los coleccionistas
cuando llevan a alguien a su casa
y comentan: cuántos discos!
“Son más los que me faltan que los que tengo”.
¿Y los escuchás todos?
El cantante de no sé qué banda, dicen,
tuvo que reforzar los cimientos de su casa, tipo castillo, en Londres
para que no se venga abajo
por el peso de los vinilos.

II - La heladera es lo mejor de mi casa
tiene dos lucecitas
una roja, una verde
y también una alarma
cuando la dejo abierta mucho tiempo.

III - En el piso de abajo suelen vivir gordos, de esos
de más de cincuenta
que roncan por las noches.
Y me doy cuenta en verano cuando todos
dormimos con las ventanas abiertas.

IV- Se escucha, confuso
el ruido de la lata de sardinas
raspando el fondo
del desagüe tapado.

V - Una vez escuché a una española
quejarse:
que por qué la ropa de mujer no tiene bolsillos
y resultó una cuestión de diseño: no recuerdo si para vender carteras
o simplemente para que no haga
bulto.


Frank Sinatra
a M.B.

Sólo nos encontramos en fiestas.
Vos corrés a besarme y tomarme por la cintura.
Corrés todo el tiempo ...
Y ya querés irte
“Esto es lo que ustedes quieren escuchar”, decís
y los cosmopolitas rodean la magia de la lluvia
en el patio de la casa bailando Miss Kittin
Esta noche nos reflejamos
en la vidriera de la disco hambrienta
y nunca más volveremos a vernos.
Pero mis medias rectangulares cambiarán el color de tu edición
y mis cosas revelan, más que una prosa retráctil, la concupiscencia.
Ahora huele a café quemado
insecticida.
Sé que vas a echarme de tu cama diciéndome “perra!”
cuando me haya desmayado de hits y despierte, pero
después de la cena de rigor: velas y ruda de postre - vas a brillar como en
las fiestas y golpear a los lados de mis caderas
hasta que te emborraches con el perfume paris o NY.


Acúsenme de optimista

La caja de lápices suizos de 50 colores, que me regaló mi novio de los quince, pulula por todas las mudanzas y siguen casi enteros, salvo uno que perdí.
Por eso me decidí a buscar un novio artista, para prestárselos y que haga obra - la que sea - con ellos. Da lo mismo si quiere pintar bodegones o colgar los lápices de la espada de un prócer: la madera es blanda y los colores, puros.
El año pasado creí haber encontrado uno, que pintaba los sábados en la Boca, aguadas y óleos. Cuando estuve enferma, me regaló un librito para pintar, porque había visto la caja de metal con la serie degradé de útiles escolares.



El día que me corte el cabello

Me gustaría participar de una obra moderna: morir bajo una pared repleta de graffitis o conocer gente en una casa de vidrio. Estar acostada en una cama, leyendo, y que los hombres se me acerquen, sin interés pero con curiosidad. Y conversar sobre la industria editorial y el desamparo, para tener con quien hablar en una reunión social donde sirven jugo de pomelo, ácido.
Pasaste toda la tarde jugando con un enorme barrilete. Brillaste y bailaste de alegría, hasta sentir que el suelo se mueve. A esta hora, cada vez tengo mas ganas de quedarme con vos.
Vamos a enderezar las fluctuaciones del mundo que se maneja sin reglas y la vida civil con dos manifiestos que incluyan la falta de horarios, salir de noche: ser inmutable a las emociones.



Estilo libre

Encerradas en el baño, me dijo que tenía que alegrarme
porque ya podía ser madre, como si fuera el único requisito...
al día siguiente nadaba en el interclubes: salí como a buscar drogas,
tampones.
Después de la competencia recibí masajes en las piernas.
Y dormí toda la siesta como si hubiera hecho el amor
con el cansancio.



Alma

Ella hace enormes esfuerzos
por agradarme.
Se suelta y cuenta cosas
personales.
Creo que le caigo bien
incluso creo
que se enamoró de mí.
Llora por pecados pasados:
una orgía con desconocidos
y el aborto posterior.
Es gracioso.



Simbiosis*

La celebración fue muy solemne; tomabas café en cinco sorbos, porque eran las cinco de la tarde. Y dejaste 30 centavos de propina, no sé por qué.

Sí, sólo faltó guardar el minuto de silencio por los Caídos en la guerra.

II - Beso a tornillo

Salí del local. Enseguida estaba en casa.

Me senté en la cama, y empecé a pensar lo que había ocurrido esa tarde. ¿la pasé bien? ¿fue una tarde perdida o ganada? … Bailé con Juan, con Nacho después, con Víctor…

Juan me dijo:

Nena, stay with me, porque advierto en tus ojos que te estás “quedando conmigo”.
¡Huy, sí! Y, ¡de qué manera!

“Extraños en la noche”

Y Nacho:

El misterio de esa sonrisa, que no acaba de desvelarme lo que quiere decir.
Chico, es que mi sonrisa es “suspense”…

(Un “rochk”), y Víctor:

Te queda bien ese minimalismo al bailar. Tendrían que contratarte…

Hasta que duermas…

III - (Aquí, un chico que no busca en el amor de la mujer un complemento, sino - siguiendo a Ortega - lo que hay en ella de gacela)

Hablan ellas:

Vamos a ver, empezá vos.
¿Qué querés de mí?
¿Cómo te gustan?
¿Qué? ¿Los libros?, tipo ensayo.
No, mujer, no; ya sé: poetas.



Marisa

La tía loba era loba porque usaba
un pulóver marrón peludo
pero más loba
porque tenía novio milico
y los sábados a la noche salía con las amigas.
Dejaba en su cueva... auuuuuuuu! el alhajero de gallina,
los discos y La vida sexual en dos tomos.



Beige

Si querés podés volver la semana que viene…
ahí es donde vamos a indagar
en el límite en que la palabra es una paradoja.

Liquida.
Llega
en el comienzo de la conversación,
y cuando alcanza su máximo espesor, cuando abunda y crece como el pasto en las grietas, la mudez sobreviene y ajusta los músculos
preparados para la batalla

Yo te propongo lo contrario: poner en duda el concepto y desplegar el animismo sobre la mesita redonda que nos reúne, sin velas pero con pasión…
Y encontrar la poesía en la vida cotidiana

Tiene en su mano un pedazo de algo que la misma mano lo obligó a arrojar

Te invito a cenar conmigo hoy:
Tengo arroz con puerros, vino y muchas palabras que aprendí en poco tiempo.





contratapa

En la librería gigante compré una resma A4
y me regalaron la libreta mágica
que hace que las letras
parezcan más prolijas.




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